Ayamonte, puerta de España, frontera con Portugal. Su ubicación junto a la desembocadura del Guadiana, su contacto directo con el Atlántico, su entorno natural privilegiado con 7 kilómetros de playas, sus marismas y caños, su luz, sus señoriales casas y estrechas callejuelas… han convertido a Ayamonte en un destino privilegiado.
Cuna de fenicios y romanos, territorio musulmán, católico y portugués, Ayamonte posee un extenso patrimonio monumental: iglesias, parroquias, museos, exponen el legado que estos nos han dejado.
La gastronomía influenciada por estas culturas, ha dado como resultado una exquisita cocina Mediterránea adaptada al Atlántico que combina con gran acierto productos del mar y de la tierra.
El ayamontino es acogedor por naturaleza y le gusta ayudar a los visitantes a disfrutar de su entorno natural, a admirar su legado cultural, y hacer que disfrute de una estancia única e inigualable.
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Day 1
Tomaremos como punto de partida la Plaza de España. La encontraremos junto al estanque de la Ribera, donde está ubicado el monumento a la patrona, la Virgen de las Angustias. Un monumento de 12m de ancho, 12 de alto y un peso total de 365 toneladas construido con mármol de Carrara. Tras él encontramos el Parque Prudencio Navarro, un paraíso botánico en pleno centro de la ciudad en el que se puede disfrutar de más de 40 especies arbóreas y arbustivas de todo el mundo.
Cruzamos la avenida Alcalde Narciso Martín Navarro y nos dirigimos al centro encontrándonos el Monumento a la Música dedicado al autor del Pasodoble de Ayamonte y muy especialmente a las bandas de música portuguesas que desde hace décadas participan en las fiestas patronales.
Adentrándonos por la calle Rodrigo de Xerez llegamos a la Plaza del Rosario. Frente a la misma encontramos el Centro Cultural Casa Grande, un edificio del siglo XVIII que perteneció a la familia Rivero, es una casa señorial al estilo gaditano que acoge la Biblioteca municipal y dependencias del área de Cultura, entre ellas un auditorio y diversas salas de exposiciones dedicadas a pintura flamenca, barroca y contemporánea.
La siguiente visita puede ser el Templo de la Merced, junto al que se encuentra –dentro del antiguo convento mercedario- el Museo Cofrade. A la salida del mismo, un entramado de calles estrechas conforman el centro histórico y comercial de la población. Bares y comercios dotan a esta zona de un ambiente especial. Merece la pena disfrutar de las plazas de la Laguna y el Paseo de la Ribera. En este entorno también están el puerto deportivo o la ribera del Guadiana, muy agradable para pasear a cualquier hora, pero donde cobra un especial protagonismo el horario vespertino de la puesta de sol.
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Day 2
Comenzamos nuestro segundo día en la localidad en La Plaza de la Laguna. Degustamos un apetitoso desayuno, disfrutando de esta soleada plaza y de sus vistas. Desde ella divisamos el Ayuntamiento y el bregar de locales y visitantes, desde donde nos dirigiremos al embarcadero del transbordador. Este medio de comunicación era el único disponible para cruzar al país vecino hasta la construcción del puente Internacional inaugurado en 1991.
Una travesía de unos 15 minutos nos espera, en la que disfrutaremos de las vistas del Río Guadiana y el Puente Internacional. Desembarcaremos en la localidad portuguesa de Vila Real de Santo António, una ciudad de arquitectura ilustrada cuya construcción fue planeada a finales del siglo XVIII por el Marqués de Pombal. Merece la pena visitar la plaza Marqués de Pombal, la Cámara municipal de VRSA, el Centro Cultural António Aleixo y pasear por sus calles comerciales.
Regresamos a Ayamonte y aprovechamos para tapear en bares y restaurantes. Retomamos nuestro camino y nos dirigimos a la zona antigua de la ciudad. Destacan el Convento de Santa Clara, actualmente habitado por las Hermanas de La Cruz, y la Plaza de Toros, construida en 1852. Aledaño a la plaza de Toros, el Mirador del Gurugú nos permite disfrutar de las vistas del Guadiana y Portugal.
Nos adentramos en el Barrio de la Villa, el más antiguo de la población, con calles escalonadas y estrechas, casas encaladas y fachadas cubiertas de flores, donde encontraremos el Pilar de la Villa, en perfecto funcionamiento, y el Pozo de la Villa, formado por grandes losas de piedra pulidas en su borde superior. Barrio pintoresco donde cabe destacar sus tres iglesias, El Salvador, San Francisco y San Sebastián, así como la Capilla de Ntra. Sra. del Socorro.
Culminaremos nuestra visita en el Parador de Turismo, construido sobre las ruinas del antiguo Castillo de Ayamonte, que ocupa el punto más alto de la ciudad. Sus impresionantes vistas permiten deleitarse con las fabulosas puestas de sol, divisar el río Guadiana, el Puente Internacional y una bella panorámica de las marismas.
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Day 3
Cuatro playas bañadas por el Océano Atlántico son las protagonistas de nuestro entorno: San Bruno, Isla Canela, Los Haraganes y Punta del Moral. Siete kilómetros de playas infinitas, en un ambiente casi virgen, equipadas y adaptadas a las necesidades del visitante.
Podemos empezar el día alquilando bicicletas en cualquiera de las empresas que operan en la ciudad. Partimos desde la Plaza de España y tomando el carril bici nos dirigiremos al sureste. Pasamos los dos estadios de la ciudad: el Blas Infante y el Ciudad de Ayamonte. Seguidamente a la derecha, tenemos una de las vistas más emblemáticas y fotografiadas del entorno: el Estero de Canela con la Barriada marinera que lleva el mismo nombre.
Siguiendo la misma dirección pasamos junto a Isla Canela Golf, un campo con gran prestigio entre los aficionados a este deporte. Continuando dirección Isla Canela llegaremos a la playa, donde podremos relajarnos en el paseo marítimo y disfrutar de la zona de ocio de la playa, compuesta por bares, chiringuitos, cafeterías y escuelas de deportes náuticos. Un poco más alejada a unos kilómetros de distancia encontramos la desembocadura del Río Guadiana, zona de paraje natural donde podremos dar un agradable paseo y disfrutaremos del avistamiento de aves autóctonas.
Nos dirigiremos hacia Punta del Moral, donde nos recibirán sus grandes hoteles y urbanizaciones. Un espacio idílico para las vacaciones de sol y playa que se complementa con un moderno puerto deportivo, Marina Isla Canela, y con un centro comercial con amplia oferta de ocio.
Saliendo de Punta del Moral, nos encontramos las Salinas del Duque, un sendero de aproximadamente 7 kilómetros que nos adentra en las marismas, y con el Mausoleo Romano, la parte actualmente visible de una necrópolis tardorromana del siglo IV.
Continuamos nuestro paseo por el carril bici en dirección Ayamonte y llegamos a la Torre almenara de Canela. Construcción de carácter militar que tuvo como objetivo esencial el servir de defensa de nuestra costa ante invasiones y ataques de piratería.
Unos kilómetros más y estamos de vuelta en Ayamonte.
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